Pan Artesanal
Ingredientes: -6 1/2 tazas de harina o 3 1/2 tazas de harina integral + 3 tazas de harina blanca -3 tazas de agua tibia -1 1/2 cucharadas de levadura granulada -1 cucharadita de sal
Elija un tazón de plástico más grande, idealmente con tapa, en el que reunir toda la harina tamizada. Es importante que el recipiente sea lo suficientemente grande, ya que la masa crecerá considerablemente, duplicando su volumen. Esto asegurará un proceso de fermentación óptimo y evitará cualquier inconveniente causado por la falta de espacio. En otro recipiente, mezcle la levadura fresca con la sal en agua tibia. Es importante mezclar suavemente, sin insistir demasiado, para que los ingredientes se combinen. No es necesario esperar a que la levadura se disuelva por completo; los gránulos restantes no afectarán el resultado final.
Una vez que haya realizado la mezcla líquida, viértala gradualmente sobre la harina en el tazón. Use una cuchara de madera para mezclar, asegurándose de que la masa se combine bien. La masa debe tener una consistencia suave, similar a una masa más firme, y no requerirá amasado manual. Cubra el tazón con la tapa y déjelo reposar a temperatura ambiente durante aproximadamente dos horas. Después de este período, mueva el tazón al refrigerador. La maduración de la masa se llevará a cabo de manera óptima en el refrigerador; cuanto más tiempo esté, más sabroso será el pan. La masa se puede conservar en el refrigerador de unas pocas horas hasta un máximo de 14 días.
Cuando sienta la necesidad de un pan caliente y aromático o tenga tiempo disponible, saque la masa del tazón con las manos bien enharinadas y colóquela sobre una superficie de trabajo enharinada. Forme rápidamente la masa en la forma deseada, ya sea un pan redondo, una barra o una baguette, asegurándose de no amasar en exceso la masa, ya que esto podría provocar costuras que se agrietarán durante la cocción. Coloque la masa formada en una bandeja forrada con papel pergamino y déjela reposar durante aproximadamente 10 minutos a temperatura ambiente. Es importante no engrasar ni la bandeja ni el papel, ya que el pan no se pegará a ellos.
Mientras tanto, precaliente el horno a una temperatura alta de 230 grados Celsius. Cuando la masa haya reposado lo suficiente, córtela en la forma deseada, ya sea en cruz o en líneas diagonales, utilizando la hoja de un cuchillo afilado. Coloque la bandeja con la masa en la rejilla del medio del horno, sobre la que ha colocado previamente una hoja de papel de aluminio. Debajo de la rejilla, coloque una bandeja con agua, que generará vapor durante la cocción. Esto creará un ambiente propicio para una cocción uniforme, y el vapor ayudará a formar una corteza crujiente y una miga húmeda.
Hornee el pan durante aproximadamente 45 minutos, o hasta que esté bien dorado, con un color marrón agradable, y cuando se le golpee suavemente, la corteza sonará hueca. Una vez que el pan esté horneado, retírelo del horno y déjelo enfriar durante unos minutos, luego colóquelo en una rejilla para que se enfríe completamente. Este paso es esencial para mantener la textura perfecta del pan, y su aroma llenará toda la habitación, seguramente haciéndole querer disfrutarlo con mantequilla o diversas guarniciones deliciosas.
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