Pan con Cerveza
Ingredientes: - 350 g de harina - 2 cucharadas de miel - 375 ml de cerveza - 1 cucharadita de sal - 1 cucharadita de polvo de hornear - 1 cucharadita de bicarbonato de sodio - 20 g de mantequilla derretida
Para preparar un pan delicioso y fragante, comienza por reunir todos los ingredientes necesarios. Necesitarás 250 g de harina, 10 g de levadura en polvo, 5 g de bicarbonato de sodio, 150 ml de miel y 300 ml de cerveza. Es importante usar una cerveza que te guste, ya que su sabor influirá en el gusto final del pan.
En un tazón grande, tamiza la harina junto con la levadura en polvo y el bicarbonato de sodio. Este paso es esencial para evitar grumos en la mezcla. Una vez que los ingredientes secos estén bien mezclados, añade la miel. Se recomienda usar miel de abeja natural, que añadirá una dulzura agradable y una textura suave a tu pan.
Después de añadir la miel, vierte gradualmente la cerveza en el tazón, revolviendo suavemente con una espátula o una cuchara de madera. No mezcles demasiado; el objetivo es lograr una mezcla homogénea mientras mantienes aire en la masa. Una vez que los ingredientes estén bien incorporados, toma una bandeja de 20 x 10 cm, que puedes engrasar con aceite y harina para evitar que se pegue, o más simplemente, puedes usar papel de hornear.
Vierte cuidadosamente la mezcla en la bandeja, asegurándote de que esté nivelada uniformemente. Precalienta el horno a 190 grados Celsius y coloca la bandeja en el horno. Deja que el pan se hornee durante unos 40 minutos o hasta que esté bien dorado. Puedes comprobar si está horneado haciendo la prueba del palillo: si el palillo sale limpio, el pan está listo.
Después de sacar la bandeja del horno, derrite 30 g de mantequilla y, usando un pincel, aplica la mantequilla caliente sobre la parte superior del pan. Esto añadirá un sabor rico y una corteza deliciosa. Vuelve a poner la bandeja en el horno durante otros 3 minutos para que la mantequilla se absorba bien en el pan.
Una vez que haya pasado el tiempo, saca el pan del horno y déjalo enfriar sobre una rejilla. Es esencial esperar a que se enfríe un poco antes de cortarlo, para que cada rebanada sea perfecta. Una vez que se haya enfriado, puedes servir esta delicia junto con mermeladas, mantequilla o simplemente sola, para disfrutar de su sabor único. Este pan es perfecto para el desayuno o como merienda entre comidas.
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