Paté de Champiñones
Ingredientes: medio kg de champiñones, 3-4 cucharadas de aceite de oliva, aceite de girasol, sal, 150 g de pasta de pimiento, 4 berenjenas, medio kg de tomates, 150 ml de jugo de tomate, un poco de pimiento picante, 3-4 cebollas, 2 zanahorias grandes
La zacusca de verduras es un plato tradicional rumano, lleno de sabor y aromas, perfecto para disfrutar en pan fresco o como guarnición de diversos platos. Para obtener una zacusca deliciosa, sigue cuidadosamente los pasos a continuación.
Comienza pelando y cortando la cebolla en rodajas finas. Esto formará la base aromática de nuestro plato. Calienta una sartén grande o una olla profunda a fuego medio y añade un poco de aceite para sofreír la cebolla. Revuelve de vez en cuando para evitar que se pegue. Cuando la cebolla se vuelva transparente, añade la zanahoria rallada o cortada en cubitos, dejándola sofreír junto con la cebolla. La zanahoria añadirá dulzura y una textura agradable a la zacusca.
Una vez que la zanahoria se haya ablandado, es momento de añadir los champiñones, que aportarán un sabor umami rico. Mezcla bien y déjalos sofreír unos minutos. Luego, introduce las berenjenas, peladas y cortadas en cubos. Estas aportarán una consistencia cremosa y un sabor sutil. Continúa revolviendo para asegurar una cocción uniforme.
El siguiente paso es añadir la pasta de pimientos, que intensificará el sabor de la zacusca, seguida de los tomates frescos cortados en cubitos y el jugo de tomate. Cada ingrediente debe sofreírse bien para que los sabores se combinen armoniosamente. Después de añadir todos los ingredientes, reduce el fuego a bajo y deja que la zacusca hierva a fuego lento. Es esencial revolver de vez en cuando para evitar que se pegue al fondo de la olla.
Sazona con sal al gusto, y si te gusta el picante, añade el pimiento picante cortado finamente. Al final, cuando la zacusca se haya reducido y el aceite haya salido a la superficie, añade el aceite de oliva, que le dará un sabor refinado al plato. Ahora la zacusca está casi lista.
Para conservarla, vierte la zacusca caliente en tarros esterilizados. Asegúrate de que los tarros estén llenos hasta el borde para prevenir la oxidación. Después de cerrar bien las tapas, cubre los tarros con una toalla grande para que se enfríen gradualmente. Este paso es esencial para asegurar un buen sellado.
Si tienes algunas aceitunas a mano, no dudes en añadirlas a tu zacusca. Estas enriquecerán el sabor y añadirán un toque mediterráneo. Una vez que la zacusca se haya enfriado completamente, puedes almacenarla en la despensa, donde podrás usarla durante el invierno. Sirve la zacusca sobre pan fresco, junto con queso o simplemente con una rodaja de cebolla. ¡Buen provecho!
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