Frutas Secas Rellenas

 Ingredientes: 500 ml de leche de coco, vainilla al gusto, 50-60 g de azúcar, 50-60 g de sémola, 12 dátiles secos, 6 albaricoques secos, 12 higos secos, 20 mitades de nuez perfectas, 50 g de mazapán (pasta de almendra), 100 g de azúcar, 2-3 cucharadas de agua, 75 g de piñones, almendras, cacahuetes (opcional - yo no usé)

Para preparar un postre delicioso y atractivo, comenzamos hirviendo leche junto con vainilla, azúcar y sémola. Esta combinación creará una crema de sémola rica y aromática, perfecta para rellenar las frutas. Es esencial revolver continuamente para evitar grumos y lograr una textura suave. Una vez que la crema ha alcanzado la consistencia deseada, la dejamos enfriar. Es importante no dejar que la sémola se vuelva demasiado firme, ya que se endurecerá significativamente al enfriarse, así que queremos una consistencia un poco más suave.

Mientras tanto, nos ocupamos de las frutas. Elegimos frutas frescas y fragantes, como duraznos, albaricoques o cerezas, y las cortamos por la mitad, teniendo cuidado de no cortarlas completamente para que las dos mitades permanezcan unidas. Este detalle es crucial para asegurar una bonita presentación del postre. Después de cortar las frutas, usamos una manga pastelera con una boquilla para llenar cada mitad con la crema de sémola preparada anteriormente. Arreglamos las frutas rellenas en un plato, dándoles una forma atractiva.

Si nos queda crema de sémola, podemos enriquecerla con piñones, almendras trituradas y cacahuetes picados, creando así una base crujiente y sabrosa para las frutas. Esto es opcional, y si queremos simplificar el proceso, podemos pasar directamente a la siguiente etapa. Personalmente, prefiero usar una etapa diferente en lugar de la cama de sémola.

Para añadir un toque de elegancia al postre, comenzamos a trabajar con el mazapán. Lo amasamos un poco en las manos para hacerlo más suave y más fácil de moldear. Tomamos media nuez, ponemos mazapán sobre ella y luego pegamos la segunda mitad, asegurándonos de que no queden huecos. En los bordes, podemos añadir un poco de mazapán adicional, de modo que obtengamos una nuez entera, perfecta para decorar. Colocamos las nueces modeladas en un plato.

En una cacerola aparte, ponemos azúcar junto con agua y la dejamos cocinar para caramelizar. Es esencial tener cuidado con la temperatura a la que caramelizamos el azúcar, ya que un azúcar demasiado oscuro dará un sabor amargo a las frutas. Queremos lograr un tono marrón claro, agradable y dulce. Una vez que el azúcar se ha caramelizado adecuadamente, lo retiramos del fuego y, con la ayuda de unas pinzas o un tenedor, sumergimos cada fruta rellena en el caramelo, asegurándonos de que estén cubiertas uniformemente. Después de sacarlas, las colocamos en un plato engrasado para evitar que se peguen.

Dejamos que las frutas se enfríen y se sequen, y luego las colocamos cuidadosamente en un plato de servir. Decoramos a gusto, añadiendo detalles que resalten la belleza del postre. ¡Esta receta no solo es un deleite para el paladar, sino también un festín visual, perfecto para cualquier ocasión especial!

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