Pastel de manzana con galletas y pudín (sin hornear)
Ingredientes: 1.8-2 kg de manzanas, 350 g de galletas populares (40 piezas), 350 g de azúcar, 4 paquetes de pudín de vainilla, 650 ml de agua, 150 g de pasas, 1 botellita de esencia de ron, 1/2 cucharadita de canela, una pizca de sal.
Para preparar un delicioso pastel de manzana y galletas, el primer paso es reunir nuestros ingredientes. Comenzamos remojando las pasas en ron para darles un sabor profundo y tentador. Este paso es esencial, ya que las pasas añadirán una nota dulce y una textura agradable al pastel final. Mientras se remojan, nos ocupamos de las manzanas. Pelamos las manzanas y las cortamos en cubos pequeños, asegurándonos de que sean del mismo tamaño para una cocción uniforme.
En una cacerola, ponemos 500 ml de agua junto con el azúcar a hervir. Revolvemos suavemente para ayudar a que el azúcar se disuelva por completo. Una vez que el azúcar se haya derretido, añadimos los cubos de manzana. Es importante dejarlas ablandar un poco, pero sin aplastarlas, así que herviremos las manzanas durante unos minutos, revolviendo ocasionalmente. Este proceso permitirá que las manzanas liberen sus sabores y se vuelvan tiernas.
Después de que las manzanas hayan sido hervidas, disolvemos los 4 sobres de pudín en los 150 ml de agua restantes, mezclando bien para evitar grumos. Añadimos la mezcla de pudín sobre las manzanas hervidas y dejamos hervir durante 2-3 minutos más, revolviendo continuamente. Es esencial tener cuidado, ya que queremos que el pudín espese ligeramente, proporcionando una textura cremosa y un sabor delicioso.
Finalmente, añadimos las pasas, una pizca de sal y un poco de canela para realzar el sabor de la mezcla. Ahora estamos listos para montar el pastel. En un recipiente rectangular, colocamos una primera capa de galletas, seguida de una generosa capa de crema de manzana caliente. Continuamos con este proceso, alternando capas, hasta que terminemos las 3 capas de galletas y 3 de manzanas, asegurándonos de que la última capa sea la de manzanas.
Una vez que el pastel esté ensamblado, lo dejamos enfriar a temperatura ambiente y luego lo transferimos al refrigerador durante 2-3 horas. Este tiempo de enfriamiento es crucial, ya que las galletas absorberán la humedad de la crema, volviéndose suaves y sabrosas. Después de haber estado en el refrigerador, el pastel será mucho más fácil de cortar y servir. Es un postre perfecto para cualquier ocasión, aportando un toque de dulzura a nuestras vidas. ¡Buen provecho!
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