Mermelada de Ciruelas Damascenas

 Ingredientes: -3 kg de ciruelas damascos dulces, -1 kg de azúcar, -1 cucharadita de jugo de limón

Para hacer una deliciosa y aromática mermelada de ciruela, es esencial cuidar cada paso del proceso. Comienza eligiendo ciruelas maduras pero firmes que proporcionen un sabor rico. Lava las ciruelas bajo un chorro de agua fría, asegurándote de eliminar cualquier impureza. Una vez escurridas, parte las ciruelas por la mitad y retira suavemente los huesos. Este paso es importante porque los huesos pueden influir en la textura final de la mermelada.

Una vez que tengas todas las ciruelas preparadas, colócalas en una olla más grande, siendo ideal una olla esmaltada con boca ancha que permita una distribución uniforme del calor. Espolvorea azúcar sobre las ciruelas, asegurándote de cubrir toda la fruta. Cubre la olla y déjala reposar a temperatura ambiente hasta el día siguiente, removiendo ocasionalmente. Este tiempo de reposo permite que la fruta libere su jugo natural, lo que contribuirá a la consistencia de la mermelada.

Después de que haya pasado el período de maceración, coloca la olla a fuego bajo. Es importante revolver constantemente para evitar que la mermelada se pegue al fondo de la olla y para asegurar una ebullición uniforme. Notarás que la mermelada comienza a espesar y el delicioso aroma llenará la cocina. Un método simple para verificar si la mermelada está lista es poner unas gotas en un platillo frío. Déjalas enfriar un poco y luego, con ayuda de una cuchara, intenta "cortar" las gotas. Si las dos partes no se unen, la mermelada está lista.

Cuando la mermelada esté casi lista, añade el jugo de limón, que no solo mejora el sabor, sino que también ayuda a conservar el color. Continúa hirviendo un poco más, luego prepara los frascos. Asegúrate de que estén bien lavados, esterilizados y secos. Idealmente, los frascos también deben estar tibios para evitar el choque térmico. Vierte la mermelada caliente en los frascos, llenándolos casi hasta el borde.

Después de llenar los frascos, déjalos enfriar lentamente, cubriéndolos con una manta para mantener el calor. Al día siguiente, notarás que se ha formado una costra dura en la parte superior de la mermelada. Este es un signo de que la mermelada está bien conservada. Un truco adicional es colocar un círculo de celofán o papel empapado en alcohol sobre la costra para prevenir el moho. Este paso, aunque no es obligatorio, puede ayudar a mantener la calidad de la mermelada a largo plazo.

Finalmente, ata los frascos con un cordón o una goma elástica y guárdalos en la despensa, donde te estarán esperando para disfrutarlos en tostadas o en varios pasteles. Esta mermelada de ciruela no es solo una delicia, sino también una excelente manera de conservar el sabor del verano durante todo el año.

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