Pastel After Eight

 Ingredientes: Base: 5 huevos, 8 cucharadas de azúcar, 2 cucharadas de harina, 2 cucharadas de sémola, 2 cucharadas de cacao, 1 cucharadita de levadura en polvo, 1 cucharada de miel, 3 cucharadas de leche, 7 cucharadas de aceite, 1 paquete de azúcar de vainilla, una pizca de sal. Crema: 700 ml de crema líquida, 200 g de chocolate blanco, 4 cucharadas de jarabe de menta. Glaseado: 100 g de chocolate con leche, 50 g de chocolate con 50% de cacao, 100 g de mantequilla, 2 cucharadas de agua, 4 cucharadas de aceite. Glaseado decorativo: 100 g de chocolate con leche, 50 g de chocolate con 50% de cacao, 100 g de mantequilla, 3 cucharadas de crema líquida. Jarabe: 150 ml de agua, 3 cucharadas de jarabe de menta.

Rebozado: Empezamos separando las claras de las yemas, un paso esencial que contribuirá a la textura esponjosa de la masa. Batimos las yemas con el azúcar hasta que la mezcla se convierta en una crema suave de color claro. A continuación, añadir la miel, la leche y el aceite, removiendo constantemente para integrar los ingredientes. Es importante asegurarse de que todos los ingredientes estén a temperatura ambiente para obtener una masa homogénea. Por último, añadir la harina, la manteca, el cacao y la levadura en polvo, todo previamente mezclado para evitar grumos. En otro bol, batir las claras con una pizca de sal a punto de nieve. Incorporarlas suavemente a la mezcla de yemas con ayuda de una espátula, realizando suaves movimientos de plegado para mantener el aire en las claras. Forrar una bandeja de horno con papel de hornear y verter la mezcla resultante, nivelando la superficie. Hornear en el horno precalentado a 180 grados Celsius durante unos 30-35 minutos. Pruebe con un palillo para comprobar que la masa está totalmente cocida.

La crema: Para hacer la crema, poner la nata líquida al fuego en un cazo, con cuidado de que no llegue a hervir. Cuando la nata empiece a calentarse, añadir el chocolate troceado. Remover constantemente para que el chocolate se funda uniformemente. Cuando la mezcla llegue casi al punto de ebullición, apartarla y homogeneizar. Dejar enfriar la nata, idealmente unas horas en el frigorífico o preferiblemente toda la noche. Una vez fría, triturar la nata hasta obtener una crema homogénea y añadir el sirope de menta para darle más sabor.

Glaseado: En un cazo aparte, calentar la mantequilla, el agua y el aceite. Cocer a fuego lento hasta que la mantequilla se derrita por completo y reservar. Incorporar el chocolate troceado, removiendo constantemente hasta que esté completamente fundido y homogeneizado. Dejar que el glaseado alcance la temperatura ambiente.

Glaseado decorativo: proceda de forma similar al glaseado principal, derrita la mantequilla y la nata montada y, a continuación, añada el chocolate partido. Se utilizará para la decoración.

Almíbar: Mezclar el agua con el jarabe de menta para obtener un jarabe insyrobat aromatizado.

Montaje: Colocar la masa en una fuente y rociarla generosamente con el sirope de menta. Extender la mitad de la crema de chocolate y, a continuación, el glaseado. Deje la tarta en el frigorífico hasta que el glaseado esté completamente cuajado. Añadir el resto de la crema y, con un cuchillo mojado en agua caliente, cortar la tarta en dados. Aplique una cucharadita del glaseado decorativo a cada cubo y distribúyalo uniformemente. Reservamos 2-3 cucharadas del glaseado decorativo y las ponemos en una jeringuilla de cocina con punta fina, con la que trazaremos finas líneas sobre el glaseado ya endurecido, dando al pastel un aspecto elegante. Se trata de una receta que combina texturas y sabores, perfecta para embellecer cualquier comida festiva.

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