Tartas de Fresa
Ingredientes: Base de tarta 130g de harina 20g de azúcar granulada 90g de mantequilla 35ml de agua 3g de sal Crema de queso 150g de ricotta 1 esencia de ron 30g de azúcar en polvo 1 pizca de sal de vainilla, ralladura de naranja y limón 1 clara de huevo Crema de almendra 1 yema de huevo 40g de azúcar en polvo 25g de maicena 2 cucharadas de jarabe de almendra (o unas gotas de esencia) 250ml de leche Fresas
La base de la tarta es un elemento esencial en la preparación de cualquier tarta deliciosa. Comenzamos tomando un bol y añadiendo harina y azúcar granulada. Es importante que la mantequilla esté blanda, ya que esto nos permite cortarla en pequeños cubos más fácilmente. Estos cubos de mantequilla se añaden al bol con harina y azúcar, y la mezcla se trabaja con las yemas de los dedos. El objetivo es lograr una textura fina, similar a un polvo granuloso, en la que la mantequilla esté perfectamente incorporada.
Una vez que llegamos a esta consistencia, añadimos la sal disuelta en agua, poco a poco, hasta que la masa se convierta en una masa suave y homogénea. Es esencial no exagerar con el agua, ya que queremos una masa que sea fácil de moldear pero que no sea pegajosa. Una vez que la masa está lista, la envolvemos en film transparente y la dejamos enfriar durante aproximadamente una hora para que se endurezca y sea más fácil de trabajar después.
Mientras tanto, podemos preparar la crema de queso. En un bol, mezclamos todos los ingredientes necesarios, asegurándonos de obtener una composición homogénea y suave. Esta crema añadirá un toque de sabor a nuestra tarta.
Para la crema de almendras, ponemos la leche al fuego junto con el jarabe de almendras, llevándola casi al punto de ebullición. Luego, en otro bol, mezclamos la yema de huevo con el azúcar y el almidón de maíz hasta que se blanquee. Es esencial verter la leche caliente en la crema de huevo poco a poco, mezclando constantemente para evitar que se cuaje el huevo. Después de incorporar toda la leche, transferimos la mezcla al cazo donde calentamos la leche y la ponemos de nuevo al fuego. Revolvemos con una cuchara hasta que la crema comience a espesar, luego la dejamos enfriar.
Mientras tanto, nos ocupamos de las fresas. Las lavamos bien y les quitamos los tallos, preparándolas para ser colocadas en la tarta.
Después de que la masa haya estado en el frío, la extendemos y la colocamos en los moldes de tarta, teniendo cuidado de pinchar la base con un tenedor varias veces para evitar la formación de burbujas de aire. Luego, vertemos la crema de queso en los moldes de tarta y los horneamos en un horno precalentado a 180°C hasta que los bordes se tornen dorados y de color agradable.
Después de sacar las tartas del horno, las colocamos en una rejilla para que se enfríen completamente. Una vez frías, extendemos con cuidado la crema de almendras sobre el queso y colocamos las fresas hermosamente cortadas encima. Estas no solo añadirán un aspecto atractivo, sino también un sabor fresco y delicioso.
Enfriamos la tarta para que la crema se endurezca un poco, y luego está lista para servir. Esta tarta es perfecta para cualquier ocasión, siendo un postre que combina texturas cremosas con frutas frescas. ¡Buen provecho!
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