Rollo de Almendra

 Ingredientes: Relleno - 90 g de azúcar en polvo - 300 g de crema de mascarpone - 2 cucharadas de leche - esencia de almendra, al gusto - 25 g de copos de almendra crudos o ligeramente tostados en el horno Base - 3 huevos - 90 g de azúcar - 75 g de harina Caramelo - 125 g de azúcar - 5 cucharadas de agua Otros - mantequilla, para la bandeja - copos de almendra, para decorar

El relleno es la clave para un roulade delicioso y sabroso, así que comienza mezclando bien el azúcar con el mascarpone, la leche y la esencia de almendra. Usa una batidora eléctrica para lograr una crema suave y esponjosa, que se convertirá en el delicioso relleno que enriquecerá la base del pastel. Una vez que hayas alcanzado la consistencia deseada, cubre el bol con film transparente y refrigera durante al menos dos horas. Esto permitirá que los sabores se combinen y hará que la crema sea más fácil de untar más tarde.

Para la base del pastel, comienza batiendo las claras de huevo hasta que estén espumosas. Asegúrate de que el bol y los utensilios estén perfectamente limpios, ya que cualquier traza de grasa puede impedir que las claras se monten correctamente. Agrega el azúcar gradualmente, continuando a mezclar hasta que logres una espuma densa y brillante, donde el azúcar se disuelva por completo. En otro bol, combina las yemas de huevo con la harina tamizada y la esencia de vainilla, mezclando bien para evitar grumos.

Con una espátula, incorpora suavemente las claras montadas en la mezcla de yemas, teniendo cuidado de hacerlo con movimientos suaves de abajo hacia arriba para mantener el aire en la mezcla. Vierte la masa en una bandeja de horno forrada con papel de hornear y engrasada con un poco de mantequilla, nivelando bien la superficie. Coloca la bandeja en un horno precalentado a 180 grados Celsius durante unos 10 minutos, o hasta que la base del pastel esté ligeramente dorada y firme al tacto.

Después de hornear, voltea la base del pastel sobre un paño de cocina húmedo y retira con cuidado el papel de hornear. Enrolla el pastel ayudándote con el paño, formando un rollo apretado, y déjalo enfriar completamente envuelto. Una vez que el pastel se haya enfriado, desenrollalo con cuidado y extiende uniformemente la crema. No olvides reservar algunas cucharadas del relleno para terminar el roulade. Espolvorea copos de almendra por encima para dar textura y sabor extra. Vuelve a enrollar el pastel y cubre el roulade con la crema reservada, luego espolvorea nuevamente con copos de almendra.

Para el caramelo, derrite el azúcar en una cacerola, revolviendo constantemente hasta que obtengas un color dorado, similar al coñac. Agrega agua y reduce el fuego, dejando que la mezcla espese un poco. Una vez que hayas alcanzado la consistencia deseada, retira la cacerola del fuego y deja que el caramelo se enfríe un poco. Vierte sobre una hoja de papel pergamino, espolvoreando copos de almendra por encima, y deja que se endurezca.

Cuando el caramelo esté completamente frío, rómpelo o tritúralo groseramente y úsalo para decorar el roulade. Coloca el roulade en el refrigerador, donde estará un máximo de 24 horas, para que se endurezca y para que los sabores se mezclen. Cuando estés listo para servir, corta el roulade en rodajas y disfruta de cada deliciosa pieza. ¡Esta receta no solo impresionará por su apariencia, sino también por su sabor refinado, perfecto para cualquier ocasión especial.

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