Crema de Azúcar Quemado

 Ingredientes: ~1 litro de leche ~6 huevos ~4 cucharadas de azúcar granulada (usé 6 cucharadas porque me pareció demasiado poco y te aconsejo que uses azúcar moreno para que la salsa tenga un color caramelo) ~un sobre de azúcar vainillado ~un chorrito de esencia de ron y la cáscara de un limón (yo añadí esto, me permití usar la cáscara de un limón cultivado de forma natural en casa)

Para preparar un delicioso postre, comenzamos hirviendo la leche. En una olla mediana, agregamos 1 litro de leche fresca, junto con 3 cucharadas de azúcar y 1 paquete de azúcar de vainilla. Esta mezcla añadirá un sabor dulce y agradable a nuestro postre. Lo colocamos a fuego medio, revolviendo ocasionalmente para asegurarnos de que el azúcar se disuelva por completo. Una vez que la leche ha comenzado a hervir, la dejamos enfriar un poco para poder combinarla con los huevos sin cocinarlos.

Mientras tanto, nos ocupamos de los huevos. Usamos 4 huevos enteros, que batimos bien en un tazón grande. Es importante obtener una mezcla homogénea para que los huevos se integren perfectamente en la leche. Después de que la leche se haya enfriado un poco, la vertemos gradualmente sobre los huevos, revolviendo continuamente para evitar que se coagulen. Esta combinación formará la base de nuestro postre cremoso.

Ahora, dirigimos nuestra atención a la caramelización del azúcar. En una cacerola limpia, ponemos otras 3 cucharadas de azúcar. Aquí, el secreto es no dejar que el azúcar se queme. Mientras tanto, movemos la cacerola de un lado a otro para que el azúcar se derrita de manera uniforme, convirtiéndose en una caramelización dorada. Este paso requiere un poco de paciencia, pero el resultado vale la pena. Una vez que el azúcar se ha derretido y ha tomado un hermoso tono, lo vertemos con cuidado en el fondo de la cacerola en la que prepararemos el postre.

Después de terminar con la caramelización, vertemos con cuidado la mezcla de leche y huevos sobre el azúcar derretido. También agregamos la cáscara de un limón para un extra de sabor, y luego cubrimos la cacerola con una tapa. Colocamos todo a baño maría, a fuego bajo, y dejamos hervir durante aproximadamente 30 minutos. Es esencial mantener el fuego bajo para evitar la coagulación de los huevos y obtener una textura suave.

Después de que ha expirado el tiempo, retiramos la cacerola del fuego y dejamos enfriar a temperatura ambiente. Una vez enfriado, lo colocamos en el refrigerador durante unas horas; idealmente, deberíamos dejarlo toda la noche. Cuando sea hora de servir el postre, usamos un cuchillo para despegar los bordes de la cacerola. Con un gesto firme, volteamos el postre sobre un plato, y el caramelo se distribuirá uniformemente, creando un glaseado brillante.

Para un extra de sabor, puedes agregar un poco de esencia de ron a la mezcla de leche y huevos, aproximadamente 5 minutos antes de apagar el fuego. Este detalle proporcionará un aroma sutil y un sabor refinado al postre. Ahora, nuestro postre está listo para ser disfrutado, idealmente junto a un café o un té aromático. ¡Buen provecho!

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