Rábano picante para el invierno
Ingredientes: vinagre azúcar sal agua
El rábano picante es una planta perenne con un sabor intenso y aromático, muy apreciada en la cocina rumana. Preparar el rábano picante para su conservación es una tradición que no solo añade un toque picante a los platos, sino que también proporciona beneficios para la salud. Comienza eligiendo rábano picante fresco, con raíces firmes y saludables, evitando aquellos con manchas o daños.
Lava bien las raíces de rábano picante bajo un chorro de agua fría para eliminar cualquier impureza o tierra. Una vez limpias, quita la piel exterior con un cuchillo afilado. Este puede ser un paso bastante desafiante, ya que el rábano picante tiene un olor muy fuerte, y los aceites esenciales causarán irritación en los ojos. Se recomienda usar guantes y, si es posible, una máscara para evitar molestias.
Después de que el rábano picante esté limpio, córtalo en trozos más pequeños para facilitar el proceso de molienda. Usa un procesador de alimentos para molerlo finamente o, si prefieres una textura más gruesa, puedes optar por un rallador. Moler el rábano picante libera sus compuestos aromáticos y picantes, así que asegúrate de trabajar en un ambiente bien ventilado.
Una vez que el rábano picante esté molido, transfiérelo a un tazón grande. En otra olla, prepara una mezcla de agua, azúcar, vinagre y sal. Las cantidades pueden variar según tus preferencias, pero una receta básica podría incluir 1 parte de agua, 1 parte de vinagre y 1-2 cucharadas de azúcar y sal por cada 200 g de rábano picante. Hierve esta mezcla durante unos minutos, revolviendo constantemente hasta que el azúcar y la sal se disuelvan por completo.
Después de que la mezcla esté lista, déjala enfriar un poco antes de verterla sobre el rábano picante molido. Asegúrate de que el rábano picante esté completamente cubierto por el líquido. Transfiere todo a frascos limpios y esterilizados, y ciérralos herméticamente. Coloca los frascos en un lugar fresco y oscuro donde el rábano picante se marinará. Después de unos días, el rábano picante estará listo para consumir, teniendo un sabor intenso y aromático, perfecto para acompañar diversos platos, desde asados hasta ensaladas. Este rábano picante conservado añadirá un toque de sabor y un impulso de salud a tus comidas, siendo una excelente opción para cada temporada.
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