Orecchiette (Pasta) con Frijoles y Calabacín

 Ingredientes: Para 2 porciones: 230 g de frijoles cocidos, 2 calabacines y medio, 160 g de orecchiette (pasta pequeña), aceite, sal, un diente de ajo.

Comenzamos preparando los ingredientes necesarios para crear una comida deliciosa y saludable. El primer paso es lavar bien los calabacines, asegurándonos de eliminar cualquier impureza. Luego, los cortamos en rodajas finas, de aproximadamente 1 cm, para asegurarnos de que se cocinen de manera uniforme y rápida. En una sartén profunda, calentada a fuego medio, añadimos un poco de aceite de oliva, suficiente para cubrir el fondo de la sartén.

Cuando el aceite esté caliente, añadimos los calabacines en rodajas y un diente de ajo entero, que hemos aplastado suavemente con la hoja del cuchillo. Esto permitirá que los sabores se liberen durante la cocción. Sofreímos los calabacines durante unos 5-7 minutos, removiendo de vez en cuando, hasta que se vuelvan dorados y ligeramente crujientes. El aroma del ajo se combinará perfectamente con el sabor dulce de los calabacines, creando una base sabrosa para nuestro plato.

Mientras tanto, ponemos una olla con agua a hervir. Añadimos sal para dar sabor a la pasta. Cuando el agua llegue a ebullición, añadimos la pasta y la dejamos cocinar según las instrucciones del paquete, normalmente entre 8 y 12 minutos, hasta que esté al dente. Este paso es esencial, ya que la pasta al dente proporciona una textura agradable en combinación con el resto de los ingredientes.

Cuando la pasta esté lista, la escurrimos bien, pero guardamos un poco del agua de cocción para poder ajustar la consistencia de la salsa más tarde, si es necesario. Vertemos la pasta en la sartén con los calabacines y el ajo, desechando el ajo entero para evitar un sabor demasiado fuerte. Ahora es el momento de añadir los frijoles cocidos, que deben estar bien escurridos y enjuagados del líquido en el que fueron conservados, si son de lata. Los frijoles añadirán una nota de proteína y un contraste de texturas, enriqueciendo el plato.

Mezclamos todo bien, de modo que la pasta se cubra uniformemente con los sabores de los calabacines y los frijoles. Si notamos que la mezcla está demasiado seca, podemos añadir algunas cucharadas del agua de cocción de la pasta reservada para lograr una consistencia más cremosa. Finalmente, servimos el plato caliente, espolvoreado con queso pecorino rallado o parmesano, según la preferencia. Esta combinación de sabores y texturas convertirá una comida simple en una experiencia culinaria inolvidable. ¡Buen provecho!

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