Sopa de Ajo de Transilvania

 Ingredientes: 5 dientes de ajo, 400 g de carne de pavo (pero puede ser cerdo o pollo), 1/2 limón, vinagre, sal, 1 zanahoria, 1 perejil, 300 g de crema agria, 2 huevos, 3-4 cucharadas de manteca (o aceite), queso - opcional

Comenzamos la aventura culinaria preparando los ingredientes básicos para una sopa deliciosa. El primer paso es cortar la carne en tiras finas, asegurándonos de que sean uniformes para que se cocinen de manera uniforme. Esto ayudará a lograr una textura tierna y jugosa. La zanahoria y el perejil, después de ser pelados y lavados a fondo, se cortan en rodajas finas para integrarse perfectamente en la sopa. El ajo, un ingrediente que añade un extra de sabor, se pela y se corta finamente. No olvides la cáscara de limón, que aportará un toque de frescura y un sabor refinado.

Ahora que tenemos todos los ingredientes listos, nos ponemos a cocinar. En una olla grande, calentamos la manteca. Cuando esté lo suficientemente caliente, añadimos las tiras de carne y las salteamos, removiendo constantemente, hasta que se tornen blancas. Este es el momento en que los sabores comienzan a revelarse. Después de unos 3-4 minutos, añadimos las rodajas de zanahoria, perejil y ajo, continuando a saltear todo durante 2-3 minutos más hasta que las verduras liberen su aroma.

A continuación, viene el paso esencial: apagamos la preparación con aproximadamente 2 litros de agua fría, asegurándonos de que todos los ingredientes estén bien cubiertos. Dejamos hervir a fuego lento, cuidando de revisar de vez en cuando, hasta que la carne se vuelva tierna y jugosa. Es importante sazonar con sal al gusto y añadir un poco de vinagre, ajustando la cantidad según las preferencias de cada uno. La cáscara de limón rallada se añade ahora a la olla, proporcionando esa nota fresca que hará que la sopa sea realmente especial. Dejamos que hierva unas cuantas veces, para que los sabores se mezclen perfectamente.

Mientras tanto, preparamos el roux con las dos yemas de huevo, que mezclamos con crema agria. Es esencial añadir un poco de la sopa caliente a la mezcla para templarla. Este paso evitará que los huevos se cuajen y asegurará una consistencia cremosa. Una vez que el roux esté caliente, lo vertemos con cuidado en la olla con la sopa caliente y dejamos que dé un último hervor.

Servimos la sopa caliente, espolvoreada con queso rallado por encima para un toque extra de sabor. Los sabores se mezclan perfectamente, y el plato final es un verdadero deleite para los sentidos. ¡Buen provecho!

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