Sopa de Pollo con Huevo

 Ingredientes: -900 ml de caldo de pollo claro + 3 o 4 cucharadas de caldo para disolver el almidón - 3 rodajas de jengibre - 1 diente grande de ajo o 2 más pequeños - pimienta negra - pimienta blanca - aceite de sésamo - 1 cucharada de maicena - 1 huevo

Para preparar una sopa sabrosa y reconfortante, comenzamos colocando una olla grande con agua a hervir. Es importante usar agua fresca, que será la base de nuestra sopa. Una vez que el agua comienza a hervir, añadimos una mezcla de pimienta blanca y pimienta negra, ajustando la cantidad según las preferencias personales. La pimienta proporcionará un sabor sutil pero distintivo que enriquecerá el aroma de la sopa.

Mientras tanto, nos concentramos en los ingredientes aromáticos. Tomamos unos dientes de ajo y un trozo de jengibre fresco, que pelamos con cuidado. El ajo, con su intenso aroma, y el jengibre, con sus notas picantes, se complementan perfectamente. Si deseas un sabor más pronunciado, corta el ajo y el jengibre en trozos más pequeños, pero si prefieres un aroma más delicado, córtalos en cuartos, como hago yo, para retirarlos más fácilmente de la sopa después de haber impartido su sabor.

Una vez que el agua ha comenzado a hervir, añadimos con confianza los trozos de ajo y jengibre a la olla. Dejamos que los ingredientes hiervan juntos durante unos momentos para permitir que los sabores se integren. Es esencial no dejarlos hervir demasiado tiempo, ya que queremos preservar parte de la intensidad de los sabores. Después de unos hervores, retiramos los trozos de ajo y jengibre con una espumadera, dejando solo su esencia en la sopa.

El siguiente paso es añadir el almidón, que espesará ligeramente la sopa, dándole una textura aterciopelada. El almidón se mezcla con un poco de sopa en un tazón separado para evitar grumos, luego se vierte en la olla, revolviendo continuamente. Esto le dará a la sopa una consistencia agradable que se asentará bien en el tazón.

Para añadir un elemento nutritivo y sabroso, batimos un huevo en un tazón pequeño y, con un movimiento rápido, lo vertemos en la sopa, revolviendo constantemente para formar delicadas hebras de huevo. Una vez que la sopa vuelve a hervir, podemos apagar el fuego. Es importante dejar que la sopa repose unos minutos antes de servir, para que los sabores se asienten e intensifiquen.

Ahora, la sopa está lista para ser disfrutada, ya sea servida como aperitivo o como plato principal. ¡Buen provecho!

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