Tarta de Manzana con Crema de Azúcar Quemada
Ingredientes: Base: 4 huevos, 4 cucharadas de azúcar, 4 cucharadas de harina, esencia de vainilla. Crema: 1l de leche, 6 huevos, 200g de azúcar, azúcar vainillado, 8 manzanas, 250g de azúcar para caramelizar, nata montada.
En una cacerola de lados altos, echamos pacientemente el azúcar, asegurándonos de que se derrita uniformemente sin quemarse. Esta es la base de nuestra receta, y el caramelo dará un sabor inconfundible y una textura maravillosa al plato final. Una vez que el azúcar se ha transformado en una masa líquida con un tono dorado brillante, comenzamos a cubrir los lados de la cacerola con este caramelo, dejándolo enfriar y endurecer. Es esencial que este paso se realice con precisión, ya que un caramelo bien preparado añadirá una nota sofisticada a nuestro postre.
Mientras tanto, nos ocupamos del delicioso relleno. En un tazón grande, agregamos leche fresca, huevos, azúcar y esencia de vainilla. Mezclamos con una espátula o un batidor, asegurándonos de que todos los ingredientes estén bien incorporados y que el azúcar se haya disuelto completamente. El aroma de la vainilla proporcionará una fragancia encantadora que llenará toda la cocina. Después de obtener una mezcla homogénea, dirigimos nuestra atención a las manzanas que cortamos previamente en rodajas finas. Deben estar bien colocadas en la cacerola preparada, cubiertas por la capa de caramelo.
Después de agregar la mezcla de leche y huevos sobre las manzanas, es momento de poner todo en el horno. Si queremos obtener una textura más fina y cremosa, podemos optar por el método de cocción al baño maría. Este paso asegurará una cocción uniforme y evitará que se formen grietas en la superficie del postre. Lo dejamos en el horno hasta que la crema se cuaje, y el aroma tentador comenzará a deleitar nuestros sentidos.
Una vez que la crema se ha endurecido, vertemos con cuidado la masa sobre ella, lo que añadirá una textura ligeramente esponjosa al postre. Continuamos horneando hasta que la masa esté bien cocida y adquiera un tono dorado. Una vez que el postre esté listo, lo dejamos enfriar completamente para que los sabores se asienten y se mezclen perfectamente. Con la ayuda de una bandeja, invertimos cuidadosamente el postre, admirando la brillante capa de caramelo que nos espera.
Para añadir un toque extra de sabor, decoramos con crema batida esponjosa, que complementará la dulzura del caramelo y las manzanas. Esta combinación hará que el postre no solo sea un placer para el paladar, sino también un festín visual. ¡Buen provecho!
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