Pasta con Flores de Calabacín
Ingredientes: 360 g de pasta, 10 flores de calabacín, 120 g de jamón (prosciutto cocido), 50 ml de vino blanco, 250 g de ricotta, 1 cebolla, aceite de oliva, sal, pimienta, parmesano rallado.
En verano, cuando aparecen las flores de calabacín, estas delicias se convierten en un ingrediente básico en muchos platos tradicionales de mi zona, situada a solo 45 minutos de Nápoles. Hoy, les presentaré una receta napolitana auténtica que traerá los sabores y gustos de esta región a su mesa. Los ingredientes utilizados son simples pero excepcionalmente sabrosos, y cada paso de la receta es una alegría.
El primer paso es cuidar las flores de calabacín. Es esencial lavarlas con mucho cuidado para eliminar cualquier impureza. Después de limpiarlas, cortamos cuidadosamente la parte verde y el pistilo, dejando que las flores se escurran bien sobre un paño limpio. Este paso es importante porque asegura que las flores sean fáciles de incorporar al plato sin añadir exceso de agua.
El siguiente paso implica el jamón, que debe cortarse en tiras finas. Esto añadirá un sabor rico a nuestro plato. En una sartén honda, calentamos un chorrito de aceite de oliva y añadimos la cebolla picada finamente. La dejamos sofreír a fuego medio hasta que se vuelva translúcida y libere su aroma. Luego, agregamos las tiras de jamón, mezclando todo para permitir que los ingredientes se combinen armoniosamente. Después de unos minutos, vertemos un vaso de vino blanco, y cuando se haya evaporado, agregamos las flores de calabacín desgarradas en cuartos. Este es el momento en que los sabores se unen y el plato adquiere un sabor notable.
Mientras removemos todo en la sartén, cocemos la pasta según las instrucciones del paquete. En un bol aparte, mezclamos la ricotta con un chorrito de leche y parmesano rallado, al gusto. Cuando la pasta esté al dente, la escurrimos y la añadimos a la mezcla en la sartén, junto con la ricotta cremosa. Todo se mezcla cuidadosamente para que la pasta absorba los deliciosos sabores.
Finalmente, servimos el plato caliente, espolvoreado con un poco de pimienta recién molida y más parmesano rallado, al gusto. Este plato es una explosión de sabores y aromas, y las flores de calabacín frescas de nuestro jardín añaden un encanto especial. Es una receta que no solo deleita las papilas gustativas, sino que también aporta un toque de alegría y autenticidad a la mesa de cada familia. ¡Disfrútala con tus seres queridos!

