Sopa Dietética de Patatas con Verduras
Ingredientes: Puré de patatas o 4 patatas grandes, 2 zanahorias, 1 apio, 1 raíz de perejil, 1 chirivía, cebolla (utilicé verde), hierbas (perejil fresco), 1 taza de crema agria (opción 1), 1 yema de huevo, fideos o picatostes (opción 2)
Comenzamos con una receta clásica de sopa de patatas, un plato reconfortante y lleno de sabor, perfecto para días frescos. El primer paso es pelar las patatas, eligiendo las más adecuadas, preferiblemente patatas harinosas, que se aplastarán fácilmente después de hervir. Las cortamos en cubos adecuados para asegurarnos de que se cocinen de manera uniforme. Luego, ponemos a hervir una olla con agua y añadimos una cucharada de sal, que intensificará el sabor de las patatas. Cuando el agua empiece a hervir, añadimos las patatas y las dejamos hervir durante 15-20 minutos, o hasta que se vuelvan suaves al tacto con un tenedor.
Una vez que las patatas estén cocidas, las sacamos de la olla, pero no tiramos el agua en la que han hervido. Esta será la base de nuestra sopa, ya llena de nutrientes. Las patatas cocidas se aplastan con un aplastador de patatas o con un tenedor hasta obtener un puré ligero. Las mezclamos con el agua de cocción y, si es necesario, añadimos un poco de agua adicional para obtener una consistencia líquida, pero no demasiado delgada.
A continuación, preparamos las verduras. Las zanahorias, el apio y el perejil se pelan y se lavan bien, luego se pican finamente. Estas añadirán un extra de sabor y textura a nuestra sopa. Agregamos las verduras a la olla con el puré de patatas y mezclamos bien. Ponemos de nuevo al fuego y dejamos hervir unos minutos, hasta que las verduras se vuelvan tiernas y liberen sus sabores.
Después de que las verduras se hayan cocido, es hora de añadir los fideos, ya sean caseros o comprados, dependiendo de tus preferencias. Se cocinarán rápidamente, así que es importante vigilarlos de cerca. Una vez que los fideos estén al dente, retiramos la olla del fuego. En este momento, podemos encargarnos de la crema agria. En un bol aparte, mezclamos la crema agria con una yema de huevo, asegurándonos de que se combinen bien. Esta mezcla añadirá una delicada cremosidad a la sopa.
Para evitar que el huevo se coagule, añadimos gradualmente una cucharada de la sopa caliente a la mezcla de crema agria, revolviendo continuamente. Una vez que tengamos una composición homogénea, vertemos la mezcla de nuevo en la olla, mezclando con cuidado. Finalmente, espolvoreamos generosamente perejil picado por encima, dando a la sopa no solo una apariencia atractiva, sino también un sabor fresco y aromático. Servimos la sopa caliente, acompañada de una rebanada de pan fresco, y disfrutamos de cada bocado. Esta sopa de patatas no solo es nutritiva, sino que también aporta una sensación de confort y familiaridad, siendo perfecta para cualquier momento del día.
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