Conejos de Coco
Ingredientes: 500 gramos de harina, 1/2 cubo de levadura fresca, 280 ml de leche tibia, 100 g de azúcar, 100 g de mantequilla, una pizca de sal, 1 yema de huevo + 2 cucharadas de leche, unas pasas y almendras (para los ojos y la nariz)
Comenzamos esta receta con un ingrediente esencial: la harina. En el medio del montón de harina, creamos un hueco generoso, un lugar especial donde comenzará la magia. En esta hendidura, disolvemos la levadura fresca junto con dos cucharadas de azúcar y dos cucharadas de leche tibia. Esta mezcla activará la levadura, y su aroma llenará toda la cocina. Después de mezclar suavemente con una cuchara, cubrimos el hueco con un paño limpio y dejamos que la mezcla suba durante 10 minutos en un lugar cálido, preferiblemente cerca de una fuente de calor, lo que permitirá que la levadura se active y produzca aire en la masa.
Una vez transcurridos los 10 minutos, agregamos gradualmente el resto de la leche, las dos cucharadas de azúcar restantes, la mantequilla a temperatura ambiente, que añadirá una textura fina a la masa, y la sal, esencial para el sabor. Amasamos bien la mezcla hasta obtener una masa homogénea y elástica. Una vez que la masa esté bien amasada, la dejamos reposar durante unos 40 minutos, cubierta con un paño, en un lugar cálido, donde crecerá y se volverá esponjosa.
Cuando el tiempo de reposo haya terminado, nos preparamos para dar forma a los conejitos. Espolvoreamos un poco de harina sobre una superficie de trabajo y amasamos la masa nuevamente para activarla. Luego dividimos la masa en 16 porciones iguales, dándoles forma de bolitas. Aplanamos cada bolita con las manos y, luego, con un cuchillo afilado, hacemos un corte a la mitad para formar las largas orejas de los conejitos. Si notamos que hay masa en exceso, podemos recortarla con cuidado.
Colocamos los conejitos en una bandeja de horno forrada con papel de hornear, y luego los cubrimos nuevamente con un paño, dejándolos crecer durante otros 20 minutos. Mientras tanto, precalentamos el horno a 180 grados Celsius, preparando así el terreno para una deliciosa cocción.
Cuando los conejitos estén listos para entrar al horno, mezclamos una yema de huevo con dos cucharadas de leche, creando un glaseado dorado que aplicamos con un pincel en cada conejito. Para detalles adorables, usamos pasas para los ojos y almendras para sus pequeños dientes. Horneamos los conejitos durante unos 20 minutos, pero es importante revisar de vez en cuando, asegurándonos de que la parte inferior esté dorada, lo que le dará una apariencia apetitosa. Cuando estén listos, los sacamos del horno, dejándolos enfriar un poco antes de disfrutarlos. Este proceso transforma una masa simple en una verdadera obra maestra culinaria, llena de color y sabor, perfecta para traer sonrisas a las caras de los seres queridos.
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