Sopa de Tripas (VII)

 Ingredientes: 1.5kg de panceta de res, 1kg de huesos de cerdo con médula, una apio grande, 2 pimientos, 2 zanahorias, 1 chirivía, 1 perejil, 2 cebollas, 10 dientes de ajo (para hervir), 50ml de vinagre para hervir, sal. Para sazonar la sopa: 3 yemas de huevo, 300g de crema agria, vinagre, ajo triturado.

La pancita de res es un ingrediente muy apreciado en la cocina rumana, especialmente cuando se trata de preparar una deliciosa sopa. Comenzamos lavando muy bien la pancita, asegurándonos de eliminar cualquier impureza o mal olor. Una vez limpia, la pancita se coloca en una olla grande junto con los huesos de res. Estos últimos añadirán un sabor y riqueza extra a la sopa. Llenamos la olla con agua fría, luego la ponemos a fuego alto y esperamos a que alcance el punto de ebullición.

A medida que el agua comienza a hervir, es esencial espumar el caldo con una espumadera, para eliminar cualquier impureza que se forme en la superficie. Este es un paso importante, ya que una sopa clara y limpia será mucho más apetitosa. Después de que ya no veamos espuma, agregamos los siguientes ingredientes: zanahorias, apio, perejil y, opcionalmente, pimiento, todos cortados en trozos grandes. También agregamos sal y vinagre, que contribuirán al sabor de la sopa y ayudarán a preservar el color vibrante de las verduras.

La sopa se dejará hervir a fuego lento, lo que permitirá que los sabores se desarrollen sin alterar el caldo. Es importante no aumentar la temperatura, ya que queremos obtener una sopa clara y sabrosa. Después de aproximadamente 2-3 horas, verificamos la pancita; debe estar cocida lo suficiente como para poder ser perforada fácilmente con un tenedor. Cuando la pancita esté cocida, la retiramos de la olla junto con los huesos, y colamos el caldo para eliminar las verduras.

Una vez que la pancita se haya enfriado un poco, la cortamos en tiras delgadas, que se agregarán nuevamente al caldo colado. Volvemos a poner la olla al fuego y, cuando comience a hervir, preparamos una mezcla de yemas de huevo, crema agria y un poco de caldo, que templamos. Este paso le dará a la sopa una textura cremosa y un sabor distinto. Continuamos revolviendo y cocinando suavemente, teniendo cuidado de no dejar que hierva demasiado fuerte, ya que la mezcla de huevo podría cortarse.

La sopa de pancita se sirve caliente, acompañada de ajo machacado y vinagre, cada uno teniendo la libertad de sazonar su plato al gusto. Esta sopa no solo ofrece una experiencia culinaria inolvidable, sino que también es un verdadero símbolo de la tradición rumana, trayendo a la mesa sabores y aromas que recuerdan a la casa de los abuelos. ¡Disfruta cada cucharada y atesora los momentos pasados con tus seres queridos!

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Sopa de Tripas (VII)
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