Mermelada de Peras
Ingredientes: 1,2 kg de peras Williams (cortados en cuartos y sin corazón) 1 kg de azúcar 1 vaso de agua fría (opcional)
Para preparar una deliciosa mermelada de peras, comenzamos eligiendo peras bien maduras y fragantes. Lávalas con agua fría y córtalas en cuartos, quitando el corazón. Luego, corta cada cuarto en rodajas finas a lo largo, y finalmente, pica en trozos pequeños. Estos se colocarán en una olla grande, creando capas intercaladas con azúcar. Es importante que la última capa sea de azúcar, para ayudar a formar el jarabe. Cubre la olla con una tapa y déjala en un lugar fresco durante unas horas, idealmente en el refrigerador o en el balcón donde hace frío. Este paso permitirá que las peras suelten su jugo y que el azúcar se disuelva.
Después de estar en el frío, notarás cómo las peras han comenzado a flotar en una salsa dulce. En este punto, añade un vaso de agua, utilizando un vaso estándar de cocina. Luego, coloca la olla a fuego lento, teniendo cuidado de no dejar que hierva demasiado, sino solo que hierva lentamente para evitar quemar los ingredientes. Si tienes un difusor de calor, puedes colocarlo debajo de la olla para distribuir el calor de manera uniforme.
A medida que la mermelada comienza a cocinarse, verifica la consistencia del jarabe. Cuando el jarabe se espese, haz la prueba del plato: toma una cucharadita de jarabe y colócala en un plato pequeño, inclinándolo. Si el jarabe se desliza rápidamente, necesita más tiempo en el fuego; si se mueve más lentamente, está listo. Otro método para verificar es dejar caer unas gotas de jarabe en un plato con agua fría. Si las gotas forman una bola, la mermelada es perfecta; si se disuelven, necesita cocinarse más.
Mientras tanto, esteriliza los tarros y las tapas, ya sea hirviéndolos o secándolos en el horno. Una vez que la mermelada esté lista, viértela cuidadosamente en los tarros esterilizados, teniendo mucho cuidado de no quemarte. Cierra bien las tapas y coloca los tarros boca abajo para crear un vacío a medida que se enfrían. Oirás un clic característico cuando se haga el sellado. Si no escuchas este sonido, no te preocupes; cuando los vuelvas a poner en el armario, notarás que se han sellado correctamente.
Después de que se hayan enfriado completamente, limpia los tarros de cualquier gota de mermelada con un paño húmedo y colócalos en la despensa. Ahora tienes una delicia de temporada, perfecta para disfrutar sobre una rebanada de pan tostado o como relleno para pasteles. Esta mermelada de peras aportará un toque de calidez y sabor a cada día, siendo un verdadero deleite para los sentidos.
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