Salsa Pesto, sin Piñones

 Ingredientes: -un puñado de albahaca fresca -100ml de aceite de oliva -1 o 2 dientes de ajo -para la mitad de la cantidad de salsa, 4 o 5 cucharadas de queso -sal

Las hojas de albahaca fresca son el ingrediente esencial para crear una salsa aromática y sabrosa. Comenzamos seleccionando hojas de albahaca de un manojo fresco, preferiblemente del mercado, para asegurarnos de que los sabores sean intensos. Las ponemos en un colador, las lavamos con agua fría, cuidando de eliminar cualquier impureza o insecto. Después de lavarlas, dejamos que las hojas se escurran bien, para no añadir agua a nuestra salsa.

Mientras tanto, tomamos unos dientes de ajo, que pelamos y picamos finamente. El ajo proporcionará una nota picante y aromática a la salsa, complementando perfectamente el sabor de la albahaca. En el vaso de la licuadora, ponemos la mitad de la albahaca lavada, junto con la mitad del ajo picado y la mitad del aceite de oliva virgen extra. Este aceite de alta calidad no solo ayudará a emulsionar la salsa, sino que también añadirá un sabor rico.

Comenzamos a mezclar los ingredientes, asegurándonos de hacer pausas cortas de 1-2 segundos entre cada mezcla. Esto ayuda a lograr una textura uniforme sin convertir la albahaca en puré. Después de unos minutos, la salsa debería tener una consistencia homogénea y un color vibrante. Una vez que tenemos una base deliciosa, decidí guardar parte de la salsa. Así, tomé la mitad de la salsa y la transferí a un frasco. Encima, añadí un poco de aceite de oliva, que no solo ayudará a conservar la salsa, sino que también creará una capa protectora.

Puse este frasco en el congelador para usarlo más tarde en otros platos. En la otra mitad de la salsa restante en la licuadora, añadí formaggio, un queso fino que enriquecerá aún más el sabor de la salsa. Mezclé bien, asegurándome de que el queso se incorporara perfectamente a la salsa.

Ahora, la salsa está lista para ser servida junto con la pasta cocida. Mientras tanto, ponemos agua a hervir para la pasta, y cuando llega al punto de ebullición, añadimos nuestra pasta favorita. Después de que la pasta esté cocida al dente, la escurrimos y la mezclamos con la salsa cremosa de albahaca y formaggio. Finalmente, podemos decorar el plato con algunas hojas frescas de albahaca y un poco de queso parmesano rallado para un sabor extra. ¡Buen provecho!

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Salsa Pesto, sin Piñones
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