Tarta de Pudding y Semillas de Amapola

 Ingredientes: Masa * 380 g de harina * 150-200 g de azúcar * 200 g de mantequilla (margarina) * 1 huevo * 1/2 paquete de levadura en polvo * una pizca de vainilla * una pizca de sal Relleno * 450 ml de leche * 1 paquete de pudín de vainilla * 100 g de semillas de amapola * 80 g de azúcar... menos si el polvo de pudín ya contiene azúcar * 1 paquete de azúcar vainillado * sabor a limón

Para preparar este delicioso postre, comenzamos mezclando todos los ingredientes necesarios para la masa. En un tazón grande, batimos los huevos con el azúcar, añadiendo la mantequilla blanda, la vainilla y una pizca de sal. Es importante asegurarse de que todos los ingredientes estén bien incorporados y que la mezcla se vuelva homogénea. Finalmente, tamizamos la harina junto con el polvo de hornear y las añadimos gradualmente a la mezcla de huevos, removiendo con una espátula o cuchara de madera. Obtendrás una masa suave y fácil de trabajar que se puede moldear con facilidad.

Una vez que la masa esté lista, la dividimos en dos partes: 3/4 de la masa y 1/4 de la masa. Tomamos un molde redondo, con un diámetro de 24-26 cm, que forramos con papel pergamino. Usando los dedos, extendemos la masa en el molde, asegurándonos de que llegue a los lados, hasta una altura de aproximadamente 3 cm. Esto formará la base perfecta para el relleno.

Para el relleno, mezclamos el polvo de pudín con leche fría, azúcar, semillas de amapola, vainilla y esencia de limón. Transferimos la mezcla a la estufa a fuego lento y removemos constantemente para evitar que se pegue. A medida que la mezcla comienza a hervir, se espesará. Se recomienda añadir una cucharadita de almidón disuelto en agua para asegurarnos de que el pudín tenga una textura perfecta. Una vez que el pudín se haya espesado, lo apartamos y lo dejamos enfriar un poco hasta que esté tibio.

Después de que el relleno esté listo, lo vertemos cuidadosamente en el molde con la masa, asegurándonos de que esté distribuido uniformemente. Con la masa restante, rallamos tiras por encima del relleno usando un rallador de agujeros grandes para crear una corteza crujiente y deliciosa.

Ahora, es el momento de poner el molde en el horno precalentado a 180 grados Celsius. Horneamos el postre durante aproximadamente 40-45 minutos, hasta que se vuelva dorado y hermoso. Después de que se haya enfriado por completo, lo espolvoreamos con azúcar en polvo para darle un aspecto elegante y un toque de dulzura. Es bueno dejar que el postre repose un día, ya que la masa se ablandará un poco, enriqueciendo su sabor y textura. ¡Disfruta de esta delicia y compártela con tus seres queridos!

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