Croquetas Dietéticas
Ingredientes: 200 g de carne hervida en caldo, con todas las verduras necesarias picadas, sal, pimienta - si es necesario 1 cucharada de harina de arroz (posiblemente de lo que queda después de tamizar la fina) 1 clara de huevo, bien batida o un huevo entero
Con esta receta, he concluido la serie dedicada a diversas dietas e intolerancias alimentarias. Aunque muchos no les prestan atención, y aquellos que están interesados continúan pidiendo recetas dietéticas, que abundan en el 'Libro de Cocina rc'. Sin embargo, ya sea que no las encuentren o no se adhieran a ellas, está claro que la necesidad de recetas saludables sigue siendo alta. No me apasiona predicar en el desierto, especialmente porque las dietas y regímenes no representan un campo que me cautive.
Estas croquetas son una excelente solución, ya que no contienen grasas ni gluten. La ventaja es que se pueden hacer con cualquier carne hervida sobrante en el frigorífico, ya sea de sobras de sopa que no tuvo éxito o carne de un asado que ya no se puede servir elegantemente, pero que no vale la pena tirar. Yo utilicé sobras de sopa de pollo, que tiene todos los ingredientes necesarios. Agregué una cucharada de harina de arroz gruesa, que no pasó la prueba del tamiz fino, y la guardé por si acaso.
También añadí hierbas frescas, sal y pimienta para realzar el sabor, y luego mezclé bien. Dejé la mezcla en el frigorífico hasta el día siguiente, aunque con una o dos horas es suficiente. Al día siguiente, saqué la mezcla y batí bien una clara de huevo, que incorporé cuidadosamente, mezclando lentamente de abajo hacia arriba para lograr una textura homogénea. Aquellos que pueden permitírselo pueden añadir el huevo entero sin batir la clara por separado, pero con la clara batida, las croquetas quedan más tiernas y esponjosas.
Luego formé las croquetas; pueden tener cualquier forma que desees, para que puedas impresionar visualmente a tus invitados con platos simples pero refinados. Coloqué las croquetas sobre un papel de hornear ligeramente engrasado y las horneé durante un cuarto de hora en un horno precalentado a 200 grados. La forma en que las sirvas depende de tus preferencias. Teniendo en cuenta que estamos hablando de una dieta, te animo a buscar un acompañamiento saludable.
Personalmente, me gusta rociar las croquetas con un poco de jugo de limón para añadir un toque de acidez y frescura. Otros prefieren unas gotas de aceite de oliva, ya que el plato puede parecer apagado sin aceite. El jugo de limón ofrece los mismos beneficios, aportando una nota fresca. Bueno, una dieta es una dieta, pero no debemos privarnos completamente de los placeres culinarios. Es importante disfrutar de la comida, incluso cuando estamos a punto de perder peso. Estas croquetas son una excelente opción para satisfacer nuestro antojo de algo sabroso sin cargarnos de grasas.
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