Cappelletti rellenos de queso - en sopa
Ingredientes: Masa: por cada 100 g de harina OO - 1 huevo. Relleno: ricotta mezclada con parmesano y otro queso más blando rallado o aplastado con un tenedor según sea necesario + huevo + nuez moscada rallada.
Cappelletti y tortellini son dos tipos de pasta rellena que, aunque se parecen, tienen características distintas que las hacen únicas. La principal diferencia entre ellas radica, como mencionaste, en la forma y la técnica de sellado. Para los cappelletti, la masa se corta en cuadrados, y el relleno suele ser más rico, con queso como ingrediente principal. Se forman doblando el cuadrado de masa en diagonal, obteniendo un triángulo. A partir de aquí, el proceso se vuelve interesante, ya que la esquina superior del triángulo se levanta y las dos esquinas inferiores se unen mediante una suave presión, sin girar en el dedo. Este método le da a los cappelletti una forma reminiscentemente de un sombrero antiguo, un detalle que añade un encanto especial a este plato.
Para acompañar los cappelletti, preparé una deliciosa sopa de carne de res, que añade profundidad de sabor y un agradable contraste. La carne de res se cocina lentamente para resaltar su jugosidad y rico sabor. Primero, corté la carne en cubos y la sofríe en una olla con un poco de aceite de oliva, añadiendo cebolla, zanahoria y apio para crear una base sabrosa. Después de que las verduras se ablandaron, añadí agua y dejé que todo hirviera a fuego lento durante unas horas. Este método de cocción lenta permite que los sabores se desarrollen y se mezclen perfectamente, resultando en una sopa rica y reconfortante.
Una vez que la sopa estuvo lista, añadí los cappelletti, hirviéndolos solo unos minutos, hasta que flotaron a la superficie. Esta es una técnica esencial, ya que indica que la pasta está completamente cocida, manteniendo su textura firme pero esponjosa. Servir cappelletti en sopa es una tradición apreciada que transforma este plato en un verdadero festín. La comida se completa con un aderezo de parmesano rallado y algunas hojas de albahaca fresca, que añaden un toque de frescura. Así, el resultado final es un plato que no solo deleita el paladar, sino que también trae un pedazo de la tradición culinaria italiana a tu plato.
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