Mi Mermelada de Membrillo
Ingredientes: cáscaras y corazones de membrillo (con cajas y semillas) manzanas crestadas (o de las que tienen pulpa dura) (con corazones y semillas) azúcar (la cantidad varía) jugo de limón vainilla clavos molidos - una pizca
Para preparar una deliciosa gelatina de manzana, comienza por reunir los ingredientes necesarios. Elige manzanas frescas y sabrosas que proporcionen un sabor intenso a la gelatina. Lava bien las manzanas, incluyendo las pieles y los corazones, luego córtalas en cuartos. Usa una olla grande y profunda para colocarlas uniformemente. Agrega agua para cubrir las manzanas aproximadamente 4 centímetros. Coloca la olla al fuego y déjala hervir. Es importante hervir las manzanas hasta que se vuelvan muy suaves, lo que tomará aproximadamente 30-45 minutos, dependiendo del tipo de manzanas utilizadas.
Una vez que las manzanas han hervido, cuela la mezcla con cuidado. Es esencial dejar que el líquido escurra por sí mismo, sin presionar la fruta, para evitar perder la pulpa fina que podría hacer que la gelatina aparezca turbia. Después de que se haya escurrido todo el líquido, mídelo con un recipiente graduado. Por cada litro de líquido obtenido, agrega un kilogramo de azúcar. Esta proporción asegurará una textura y un sabor perfectos.
Vuelve a poner el líquido a hervir, comenzando con un fuego alto, para que alcance rápidamente el punto de ebullición. Mantén el fuego alto durante los primeros 10-15 minutos, luego redúcelo a una llama más baja, continuando a revolver regularmente. Esto evitará que la gelatina se pegue al fondo de la olla y asegurará una ebullición uniforme.
Para comprobar si la gelatina está lista, toma una cucharadita de la mezcla y colócala en un plato. Pon el plato en el refrigerador durante unos minutos, luego verifica la consistencia. Si la gelatina se separa fácilmente cuando la empujas con la cucharita y las mitades no se juntan, es una señal de que está lista. En este momento, puedes agregar tus sabores favoritos: un chorrito de vainilla, algunos clavos y el jugo recién exprimido de un limón. Mezcla bien y deja que la gelatina hierva un minuto más.
Tan pronto como la gelatina esté lista, viértela caliente en frascos esterilizados. Agrega una pizca de salicilato para conservación, luego tapa los frascos. Se recomienda envolverlos en mantas para permitir un enfriamiento gradual, lo que ayuda a formar un mejor sellado. Una vez que los frascos se hayan enfriado completamente, puedes almacenarlos en la despensa en estantes, donde se mantendrán en condiciones ideales. ¡Esta gelatina de manzana no solo traerá un sabor perfecto a tu mesa, sino que también será un regalo maravilloso para tus seres queridos!
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