Caracoles con Queso y Comino

 Ingredientes: 500 gramos de harina, 200 ml de agua tibia, 25 gramos de levadura, 75 gramos de mantequilla, 25 gramos de manteca (aproximadamente 1/2 cucharada), 1 cucharadita de sal, 1 cucharada de azúcar, 1 cucharadita de comino, romero (yo tenía romero en polvo y usé aproximadamente 1/2 cucharadita); relleno: queso rallado, queso rallado, un poco de aceite de oliva.

Para preparar estas deliciosas y esponjosas delicias, comenzaremos haciendo la masa. En una máquina de amasar o en un tazón grande, agregaremos los ingredientes líquidos. Primero, derretimos 100 gramos de mantequilla y 50 gramos de manteca, asegurándonos de que estén bien combinados y calentados, pero no calientes, para no activar la levadura prematuramente. En otro recipiente, disolvemos la levadura en agua tibia, revolviendo suavemente hasta que se disuelva por completo. Es esencial que el agua esté tibia, no caliente, para evitar destruir los microorganismos activos de la levadura.

Después de que la levadura se haya disuelto, agregamos la mezcla de mantequilla y manteca al tazón con los ingredientes líquidos. Luego, comenzamos a agregar gradualmente la harina, previamente mezclada con especias preferidas como sal, pimienta, un poco de orégano o mejorana, según el gusto. Amasamos la masa durante unos 10-15 minutos hasta que se vuelva elástica y homogénea. Es importante asegurarse de que no queden grumos de harina. Después de amasar, cubrimos la masa con un paño limpio y la dejamos reposar en un lugar cálido durante aproximadamente una hora, hasta que duplique su volumen.

Una vez que la masa ha subido, la dividimos en dos bolas iguales. Tomamos cada bola y la extendemos con un rodillo sobre una superficie espolvoreada con un poco de harina, formando una hoja delgada. Después de extender la primera hoja, agregamos un chorrito de aceite de oliva en su superficie, ayudando a dar un plus de sabor y a obtener una textura crujiente. Luego espolvoreamos queso rallado y queso, asegurándonos de distribuir los ingredientes uniformemente. Después de terminar con el relleno, enrollamos cuidadosamente la hoja, formando un cilindro.

Una vez que tenemos el cilindro formado, lo cortamos en trozos de aproximadamente 3 cm, colocándolos en una bandeja de horno engrasada con aceite de oliva, teniendo cuidado de dejar un poco de espacio entre ellos para permitir la expansión durante la fermentación. Cubrimos la bandeja con un paño y dejamos reposar nuevamente durante aproximadamente una hora. Cuando se acabe el tiempo de fermentación, precalentamos el horno a 180 grados Celsius y transferimos la bandeja al horno, horneando durante 40-45 minutos hasta que estén dorados y esponjosos.

Estas delicias son ideales para ser servidas calientes, acompañadas de una ensalada fresca o como aperitivo en diversas ocasiones. El aroma del queso derretido y las especias llenará toda la casa, y cada bocado será una explosión de sabor, ¡haciéndolos verdaderamente irresistibles!

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Caracoles con Queso y Comino
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