Cobbler de Manzana
Ingredientes: Para el relleno: 1 kg/2 lb de manzanas 60 g/1/4 taza de azúcar 25 g/3/4 oz de mantequilla sin sal, ablandada ralladura de limón jugo de un limón canela (al gusto) Para la masa: 85 g/2/3 taza de harina leudante (con sal y polvo de hornear en ella) 40 g/1/3 taza de harina blanca normal 50 g/1 3/4 oz de mantequilla sin sal (fría) 2 cucharadas de azúcar 2-3 cucharadas de leche (puede que necesites más dependiendo de la harina, yo uso alrededor de 6 cucharadas) 1 huevo azúcar sin refinar
Para preparar un delicioso pastel de manzana, comenzamos precalentando el horno a 180°C (350°F). Las manzanas, el ingrediente principal, son esenciales para la receta, por lo que elegirlas es muy importante. Se recomiendan manzanas de pulpa más suave, como las Golden Delicious o Granny Smith, que proporcionarán una textura agradable y un sabor agridulce. Una vez que hemos elegido las manzanas, se pelan y se les quita el corazón, luego se cortan en rodajas finas, entre 8 y 12 rodajas, dependiendo del tamaño de las manzanas.
Las rodajas de manzana se colocan en un tazón grande, donde se añaden azúcar, mantequilla derretida, la cáscara y el jugo de un limón fresco, así como una pizca de canela. Esta mezcla no solo realzará los sabores, sino que también evitará que las manzanas se oxiden, manteniéndolas de un color agradable. Después de que todos los ingredientes estén bien integrados, la mezcla se transfiere a un molde para hornear, que también se usará para hornear. El molde se cubre con papel de aluminio para crear un ambiente húmedo en el que las manzanas puedan ablandarse y caramelizarse. Se coloca en el horno durante aproximadamente 30 minutos, o hasta que las manzanas estén suaves pero no completamente deshechas.
Mientras las manzanas se hornean, preparamos la masa. En otro tazón, se mezclan los dos tipos de harina, que se tamizan para eliminar cualquier grumo. Se añade mantequilla fría, cortada en cubos, a la harina, y se frota suavemente con las palmas para obtener una textura arenosa. Este proceso es esencial para asegurar un pastel esponjoso. Una vez que la mantequilla está bien incorporada, se añade azúcar y se hace un pequeño hueco en el centro de la harina, donde se vierte el huevo batido mezclado con leche. Se mezcla todo suavemente, y si la masa está demasiado seca, se pueden añadir unas cucharadas de leche para obtener una consistencia más suave.
Una vez que las manzanas están listas, se sacan del horno y se forman bolitas con la masa obtenida, que se colocan sobre las manzanas con una cuchara. Es importante que estas bolitas cubran uniformemente toda la superficie para crear una deliciosa corteza. Se espolvorea un poco de azúcar sin refinar por encima, que se caramelizará y dará un toque crujiente al pastel. El molde se introduce nuevamente en el horno y se hornea a fuego moderado durante unos 35 minutos, o hasta que un palillo insertado en la masa salga limpio.
El pastel se sirve caliente, idealmente acompañado de una bola de helado de vainilla, que se derretirá suavemente sobre la superficie caliente, creando un contraste delicioso. También se puede añadir una cucharada de crema batida para decorar el plato. No se corta con cuchillo; en su lugar, se rompe con una cuchara, asegurándose de añadir un poco del jugo recogido en el molde, que intensificará los sabores de cada porción. Esta combinación de texturas y sabores hará de este pastel de manzana un postre inolvidable.
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