Macarrones con Sémola
Ingredientes: 1/2 paquete de macarrones (pasta) 2 tazas de 50 ml con sémola 2 tazas de 50 ml de agua (las tazas que se usaron para medir la sémola) azúcar sal 50 ml de aceite
Para preparar un plato delicioso y reconfortante, comenzamos cocinando la pasta. En una olla grande, llevamos agua a ebullición con una generosa cucharada de sal. El agua debe hervir bien, y cuando comiencen a aparecer burbujas grandes, podemos agregar los macarrones. Es importante seguir las instrucciones del paquete para lograr la textura perfecta, y en nuestro caso, dejamos que la pasta hierva durante unos 8 minutos. Debe estar al dente, para que mantenga una ligera firmeza.
Mientras la pasta hierve, nos ocupamos de la sémola. Tomamos una sartén profunda y agregamos 50 ml de aceite de girasol o de oliva, dependiendo de la preferencia. Calentamos el aceite a fuego medio y, cuando se calienta, vertemos con cuidado las dos tazas de sémola. Freír la sémola es un paso esencial, ya que le dará un sabor rico y un color dorado. Revolvemos continuamente, para que la sémola se fría de manera uniforme, evitando que se queme.
Después de que la sémola haya adquirido un tono agradable y haya comenzado a desprender aromas tentadores, agregamos gradualmente las dos tazas de agua. Al principio, es normal que la mezcla parezca que se agrupa. ¡No te preocupes! Continuamos revolviendo con una espátula de madera, y cuando el agua comienza a hervir, la sémola se desplegará y la mezcla se volverá homogénea. Agregamos un buen puñado de sal para realzar el sabor, asegurándonos de ajustar según las preferencias personales.
Cuando la sémola esté completamente cocida y tenga una consistencia agradable, es hora de agregar la pasta cocida. La escurrimos bien y la incorporamos con cuidado a la sartén, revolviendo suavemente para no aplastarla. Aseguramos una distribución uniforme de la sémola alrededor de la pasta, para que cada pieza esté bien cubierta.
Una vez que todo esté bien mezclado, podemos servir el plato en los platos. Es un momento de celebración, y para darle un sabor extra, espolvoreamos azúcar por encima. Esta combinación entre el sabor neutro de la sémola, la textura de la pasta y la dulzura del azúcar crea un plato reconfortante, perfecto para días frescos o para momentos en los que queremos algo simple pero sabroso. ¡Disfruta cada bocado y saborea la comodidad de este plato!
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