Pastel de albaricoque
Ingredientes: 4 huevos 200-300g de albaricoques en conserva (también se pueden usar otras frutas) 10 cucharadas de azúcar 10-12 cucharadas de harina 8 cucharadas de aceite 10 cucharadas de agua hirviendo 1 paquete de levadura en polvo 2-3 cucharadas de pan rallado 1 paquete de pudín de vainilla 1 paquete de azúcar vainillado
Para crear un pastel delicioso y aromático, seguiremos los pasos con atención, asegurándonos de que se respete cada detalle. Comenzamos con la preparación de la masa, un proceso que requiere paciencia y precisión. En un tazón grande, batimos las claras de cuatro huevos con un batidor hasta obtener una espuma firme. Gradualmente, añadimos las cuatro cucharadas de azúcar, continuando a mezclar hasta que la mezcla se vuelva brillante y estable. Estas claras batidas le darán al pastel una textura esponjosa y aireada.
En otro tazón, frotamos las yemas con las otras cuatro cucharadas de azúcar, mezclando bien hasta que la mezcla se convierta en una pasta homogénea de un amarillo vibrante. Añadimos el aceite, fomentando una mezcla gradual, como si estuviéramos preparando mayonesa. Es esencial añadir el aceite poco a poco para asegurar una emulsión fina. Después de que el aceite esté completamente incorporado, añadimos el agua hirviendo, mezclando enérgicamente. Esta adición ayudará a activar los ingredientes y a desarrollar los sabores.
Una vez que tengamos una mezcla homogénea, colocamos las claras batidas sobre la mezcla de yemas, mezclando suavemente con una cuchara de madera. Es importante mantener el aire en las claras, así que mezclaremos con cuidado, con movimientos de arriba hacia abajo. Después de que todos los ingredientes estén bien integrados, añadimos la harina tamizada junto con el polvo de hornear, homogenizándolos con cuidado.
Preparamos el molde engrasándolo con mantequilla y espolvoreándolo con harina o utilizando papel pergamino para evitar que se pegue. Vertemos la masa en el molde preparado y, para un extra de textura, espolvoreamos pan rallado por encima. Colocamos albaricoques cortados por la mitad u otras frutas preferidas, que añadirán un sabor fresco y un toque de acidez.
Con el horno precalentado a una temperatura media, introducimos el molde y dejamos que el pastel se hornee durante 35-40 minutos, o hasta que un palillo insertado en el medio salga limpio. Mientras tanto, nos ocupamos de la crema de pudín. Usando el jugo del compote, que está lleno de sabor, medimos 400 ml y lo ponemos a hervir. Una vez que empiece a hervir, añadimos el polvo de pudín, removiendo constantemente hasta que espese y se convierta en una crema transparente y brillante.
Después de que el pastel se haya enfriado completamente, extendemos con cuidado la crema de pudín por encima. Para terminar, podemos decorar el pastel a nuestro gusto, añadiendo frutas frescas, chocolate rallado o nueces picadas. Este pastel es perfecto para cualquier ocasión, trayendo un toque de alegría y sabor en cada rebanada.
Etiquetas: huevos harina aceite azúcar frutas galletas recetas vegetarianas

