Pesto de Rúcula

 Ingredientes: - 150 g de rúcula - 30 g de piñones - 4 cucharadas de aceite de oliva - queso rallado (grana padana, parmesano, etc.) - sal

Para preparar un delicioso pesto de rúcula, comenzamos limpiando cuidadosamente las hojas de rúcula, eliminando los tallos más duros. Es importante elegir hojas frescas y de un verde vibrante para lograr una salsa sabrosa y llena de vitalidad. Después de limpiar la rúcula, pasamos a la etapa de lavado. La lavamos bien bajo un chorro de agua fría para eliminar cualquier impureza o residuo. Después de lavarla, dejamos que las hojas se escurran, y para acelerar este proceso, podemos usar una centrifugadora de ensaladas. Esto nos ayudará a obtener hojas perfectamente secas, ideales para hacer el pesto.

Además de la rúcula, necesitaremos algunos ingredientes esenciales que contribuirán al sabor perfecto de la salsa. Preparamos un puñado de nueces (pueden ser piñones, almendras o incluso nueces comunes), un diente de ajo, queso parmesano rallado, aceite de oliva virgen extra y sal al gusto. Las nueces no solo añaden una textura agradable, sino también un sabor rico y profundo, mientras que el ajo proporcionará un toque de aroma intenso que equilibrará la dulzura de la rúcula.

Una vez que todos los ingredientes estén preparados, los ponemos en una batidora. Comenzamos añadiendo la rúcula bien escurrida, luego agregamos las nueces y el ajo. Es importante asegurarse de que todos los ingredientes estén distribuidos uniformemente en la batidora para obtener una pasta homogénea. Continuamos añadiendo el queso parmesano rallado, que proporcionará un sabor salado y sabroso, y comenzamos a mezclar. Mientras la batidora está funcionando, vertemos gradualmente el aceite de oliva, que ayudará a emulsionar los ingredientes, transformándolos en una pasta cremosa y consistente.

Después de alcanzar la consistencia deseada, nos detenemos y probamos el pesto. Aquí podemos ajustar la sal o, si lo preferimos, podemos agregar más aceite de oliva para una textura más fluida. El pesto de rúcula se puede utilizar inmediatamente, mezclado con pasta caliente, pero también se puede guardar en el refrigerador en un frasco hermético, donde el sabor se intensificará. Esta receta no solo es rápida y fácil de preparar, sino que también aporta un sabor fresco, perfecto para una comida de verano o un almuerzo rápido. ¡Disfrútalo con placer!

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