Jala

 Ingredientes: Para la masa: 600 g de harina de trigo blanca recién tamizada (utilicé harina blanca tipo 55 Hajdu Buza-Finomliszt) dividida inicialmente en dos partes: 100 g y 500 g. A esta cantidad de harina se le añade harina adicional para enharinar la superficie de trabajo. 7 g de levadura seca, 150 ml de agua tibia, 2 huevos a temperatura ambiente, 60 ml de aceite de oliva, 60 ml de miel líquida (utilicé miel de acacia), 1.5 cucharaditas de sal. Para pincelar la masa: una yema, una cucharada de agua. Para decorar: 1 y 1/2 cucharaditas de semillas de amapola.

Comenzamos esta deliciosa receta mezclando en un bol grande 100 g de harina, levadura fresca y 150 ml de agua tibia. Es importante que el agua esté tibia, no caliente, para no matar la levadura. Mezcla los ingredientes hasta obtener una composición homogénea, que servirá como base para la masa. Cubre el bol con papel film y colócalo en un lugar cálido y sin corrientes de aire durante aproximadamente 20 minutos. Durante este tiempo, notarás pequeñas burbujas de aire formándose en la mezcla, señal de que la levadura está trabajando eficazmente y que la masa crecerá hermosamente.

Después de que haya pasado el tiempo, agrega los huevos, la miel, la sal y el aceite al bol. Comienza a incorporar gradualmente la harina, mezclando con las manos hasta que todos los ingredientes estén bien integrados y se forme una bola de masa. La masa será bastante dura, así que no temas usar un poco de esfuerzo para amasarla. Transfiere la masa a una superficie de trabajo ligeramente enharinada y continúa amasando durante unos 10 minutos, hasta que se vuelva suave y homogénea, sin grumos.

Una vez que hayas logrado una textura agradable, forma la masa en una bola y colócala en un bol grande. Cúbrela de nuevo con papel film y déjala reposar en un lugar cálido y sin corrientes de aire hasta que su volumen se duplique. Este proceso generalmente toma alrededor de una hora. Al final, tendrás una masa que pesa aproximadamente 900 g. Divídela en 6 partes iguales, cada una de aproximadamente 150 g.

Forma cada pieza de masa en una bola y cúbrelas con un bol para que no se sequen. Toma la primera bola y extiéndela sobre la superficie de trabajo con un rodillo, obteniendo un rectángulo de aproximadamente 3 mm de grosor. Después, comenzando desde el lado largo del rectángulo, enrolla la masa lentamente para formar un tronco, teniendo cuidado de afinar los bordes. Repite este proceso para cada bola de masa, de modo que obtengas un total de 6 tiras de masa.

Ahora, fija las seis tiras en un extremo y comienza a trenzarlas, formando un pan bonito y atractivo. Una vez que termines de trenzar, deja que la masa repose bajo un paño de cocina en un lugar cálido hasta que su volumen aumente 1,5 veces, lo que nuevamente toma aproximadamente una hora. Mientras tanto, precalienta el horno a 175°C.

En un bol pequeño, mezcla una yema de huevo con una cucharada de agua. Usa esta mezcla para pincelar la superficie de la masa, dándole un color dorado y brillante. Espolvorea semillas de amapola por encima para un sabor y textura adicionales. Hornea el pan en el horno precalentado durante 40 minutos, hasta que esté dorado y apetitoso. Una vez horneado, déjalo enfriar sobre una rejilla para permitir la circulación del aire y mantener la corteza crujiente. ¡Este pan recién horneado traerá un toque de calidez y alegría a cada comida!

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