Pasta con Mariscos
Ingredientes: 500g de pasta, 500g de mariscos congelados, 3-4 dientes de ajo, 1 pimiento picante, pimienta, sal, 1 cucharada de mantequilla, aceite de oliva, 1-2 copas de vino blanco seco.
En una sartén grande, comienza calentando un poco de aceite de oliva, idealmente extra virgen para agregar un sabor intenso al plato. A fuego medio, añade unos dientes de ajo finamente picados, dejándolos liberar su aroma durante unos minutos. Luego, agrega el pimiento picante, cortado en rodajas finas, que aportará un toque de picante. Es esencial revolver constantemente para evitar que los ingredientes se quemen.
Mientras tanto, si los mariscos están congelados, blanquéalos durante unos minutos en una olla separada a fuego lento para mantener su jugosidad. Después de blanquear, escúrrelos bien para eliminar el exceso de agua. La pasta, preferiblemente espagueti o linguine, se hierve según las instrucciones del paquete, teniendo cuidado de cocinarla "al dente", es decir, que quede ligeramente firme por dentro.
En otra sartén, derrite la mantequilla a fuego lento, teniendo cuidado de no quemarla. Cuando la mantequilla esté completamente derretida, añade un vaso de vino blanco seco, que añadirá profundidad a la salsa. Deja que la mezcla hierva, reduciendo el vino a la mitad de su cantidad original para concentrar los sabores. Si deseas más salsa, no dudes en añadir un poco más de vino y mantequilla.
Una vez que el vino se haya reducido, añade los mariscos bien escurridos a la sartén con ajo y pimiento picante, mezclando todo para combinar los sabores. Ajusta el sabor con sal y pimienta recién molida, teniendo en cuenta que el pimiento picante aportará un extra de picante. Es importante probar la salsa para ajustar los condimentos a tu gusto.
Finalmente, añade la pasta hervida a la sartén, mezclando con cuidado para permitir que la salsa se integre perfectamente. Se puede decorar con perejil fresco picado o con copos de parmesano si deseas un toque extra de sabor. Este plato de mariscos con salsa de vino y mantequilla no solo es delicioso, sino también una explosión de sabores que deleitará cualquier comida. ¡Disfrútalo de inmediato, acompañado de un vaso de vino blanco, para una experiencia culinaria perfecta!

