Pasta con Calabacín y Champiñones

 Ingredientes: - 400 g de cualquier pasta - un calabacín mediano o dos más pequeños - champiñones en rodajas - una lata (o frescos, ¿por qué no?) - puré de tomate casero, muy bueno y sin conservantes - unos dientes de ajo - un huevo - una cucharada de crema agria - sal - pimienta y otras especias al gusto

Eh, si hubiera habido un tema sobre desastres en la cocina aquí, habría publicado allí... ¿Suena familiar? Sí, yo quería hacer la pasta rellena de Julia, la versión con champiñones en lugar de carne. Sin embargo, el calabacín me dio dolores de cabeza, se desmoronó y no pude envolver nada más. Así que me rasqué la cabeza y pensé en qué hacer con la pasta ya cocida que estaba esperando ser transformada en un plato delicioso.

Al final, logré crear un plato tan sabroso que decidí hacerlo de nuevo. Esta vez, opté por pasta corta, que combina perfectamente con la salsa que preparé. Herví la pasta en una olla con agua y un poco de sal, teniendo cuidado de no dejarla demasiado tiempo, para que quedara al dente.

Mientras tanto, pelé el calabacín y lo corté en tiras finas. Lo salteé en aceite caliente, que comenzó a dar sabor a toda la cocina. ¡El aroma del calabacín frito era absolutamente irresistible! Después de que el calabacín se volvió ligeramente transparente, añadí los champiñones escurridos, que aportaron un sabor y textura extra. Luego, vertí el puré de tomate, añadí un poco de agua y ajo picado, dejando que los ingredientes se combinaran y enriquecieran con sabores.

Sazoné con sal, pimienta y hierbas, dejando que la mezcla hirviera a fuego lento durante unos minutos para espesar un poco. Luego, engrasé una bandeja para hornear con un poco de aceite, donde vertí la mezcla de verduras y champiñones, asegurándome de que estuviera distribuida uniformemente.

En un bol aparte, batí un huevo con crema agria, obteniendo una mezcla cremosa que vertí sobre las verduras. Todo se veía tan bien que apenas podía esperar para probarlo. Colocé la bandeja en el horno precalentado a 180 grados Celsius y la dejé allí durante unos 30 minutos hasta que la superficie se volvió dorada y apetecible.

Y así, de un posible desastre en la cocina, logré hacer una deliciosa comida. El plato era abundante, lleno de sabores y perfecto para una cena en familia. ¡Buen provecho!

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Pasta con Calabacín y Champiñones
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