Tarta de queso con frambuesa sin hornear

 Ingredientes: * 4 tazas de anacardos * el jugo de dos limones * 1 1/2 tazas de miel * 1 taza de mantequilla de coco/aceite de palma * una pizca de sal * 300 gramos de frambuesas * coco para decorar

Para preparar un delicioso cheesecake de anacardos y frambuesas, comenzamos hidratando los anacardos. Es esencial dejarlos en agua durante al menos 10 horas para que se ablanden y sean fáciles de mezclar. Este paso es crucial, ya que influirá en la textura final del pastel. Después de que hayan pasado las 10 horas, escurrimos los anacardos y los enjuagamos bien bajo un chorro de agua fría.

A continuación, comenzamos a mezclar dos tazas de anacardos hidratados hasta obtener una pasta suave y cremosa. Agregamos jugo de limón, que proporcionará un sabor fresco y un agradable equilibrio de acidez, una pizca de sal para realzar los sabores y la mitad de la cantidad de miel, que añadirá dulzura. Continuamos mezclando y añadimos mantequilla de coco, que le dará al pastel una consistencia aterciopelada. Una vez que tengamos una mezcla homogénea y cremosa, transferimos a un recipiente y lo ponemos en el refrigerador para que se enfríe y se endurezca un poco.

Mientras tanto, nos ocupamos de la segunda parte de la mezcla. Mezclamos las otras dos tazas de anacardos junto con la miel restante y las frambuesas frescas. Es importante usar frambuesas bien maduras para lograr un sabor intenso y vibrante. Hacia el final, agregamos la mantequilla de coco restante y una pizca de sal, asegurándonos de que todos los ingredientes estén bien integrados. Esta combinación añadirá una capa de sabor más compleja a nuestro pastel.

Después de preparar las dos mezclas, comenzamos a ensamblar el cheesecake. En un molde para pasteles, alternamos las dos mezclas, creando capas hermosas y coloridas. Es una actividad creativa y agradable que hará que el pastel se vea y tenga un sabor fabuloso. Una vez que terminamos de ensamblar, colocamos el pastel en el congelador, donde se endurecerá, convirtiéndose en una delicia refrescante.

Es importante dejar que el cheesecake se congele por completo. Antes de servir, lo sacamos del congelador y lo dejamos descongelar en el refrigerador para que se ablande un poco. Una vez que esté listo para servir, podemos decorar el pastel con coco rallado o frutas frescas, aunque mis frambuesas estaban bastante aplastadas y no pude decorar como hubiera querido. Este delicioso pastel se puede almacenar hasta siete días en el congelador, pero se recomienda guardarlo en un compartimento separado para evitar la transferencia de sabores con otros productos. ¡Disfruta de cada rebanada y saborea el sabor natural y saludable de este cheesecake vegano!

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