Fusilli, Calabacines y Ricotta (y Speck)
Ingredientes: Para 2 porciones: 180-200 g de fusilli, 2 calabacines rallados, 1-2 cucharadas de ricotta, 1 cucharada de aceite, sal, pimienta, perejil fresco picado. Opcional: 50 g de speck finamente picado.
Para preparar una deliciosa receta de pasta con calabacín y ricotta, comienza poniendo agua en una olla grande junto con una cucharadita de sal. Coloca la olla en la estufa y déjala alcanzar el punto de ebullición. Cuando el agua comience a hervir, añade los fusilli, siguiendo las instrucciones del paquete para cocinarlos a la perfección. Por lo general, el tiempo de cocción varía entre 8 y 12 minutos, dependiendo del tipo de pasta elegida.
Mientras tanto, prepara la salsa. En una sartén profunda, vierte unas cucharadas de aceite de oliva virgen extra y, si deseas un toque sabroso, puedes agregar speck cortado en cubos pequeños. Calienta el aceite a fuego medio y deja que el speck se saltee hasta que esté crujiente y libere su aroma. Este ingrediente añadirá un sabor intenso a tu plato.
Una vez que el speck esté listo, añade el calabacín rallado. Esto aportará un toque fresco y textura al plato. Saltea el calabacín en la sartén durante unos minutos, removiendo constantemente, hasta que se vuelva suave y ligeramente dorado. Si notas que la mezcla se vuelve demasiado seca, puedes añadir 2-3 cucharadas de agua de la olla donde se están cociendo las pastas, para mantener la humedad y crear una salsa delicada.
Una vez que el calabacín esté bien salteado, retira la sartén del fuego y añade la ricotta. Mezcla los ingredientes hasta que la ricotta esté completamente incorporada en la mezcla de calabacín y speck, resultando en una salsa cremosa y deliciosa.
Cuando la pasta esté cocida, escúrrela bien, pero guarda un poco del agua de cocción para ajustar la consistencia de la salsa si es necesario. Añade la pasta escurrida a la sartén, sobre la salsa de calabacín y ricotta. Mezcla todo con cuidado para que la pasta quede uniformemente cubierta con la salsa.
Antes de servir, añade unas hojas frescas de perejil picado para un toque extra de sabor y color. Mezcla de nuevo y prepara los platos.
Finalmente, no olvides moler pimienta fresca sobre el plato, directamente en el plato, para realzar los sabores. Sirve la pasta caliente, disfrutando de la combinación sabrosa de calabacín delicado, ricotta cremosa y speck crujiente. Esta receta es perfecta para una cena rápida pero refinada que seguramente impresionará a cualquier invitado. ¡Buen provecho!
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