Gazpacho Andaluz II

 Ingredientes: -500g de tomates -1/2 pepino -1/2 pimiento verde -1/2 cebolla -1 diente de ajo -sal -aceite de oliva -vinagre -100ml de agua -1 rebanada de pan

Cuando decidí preparar esta receta, comencé a investigar información sobre cómo usar los tomates, especialmente si se recomienda usarlos con piel o sin piel. Descubrí que se pueden usar tanto con piel como sin piel, y me alegré porque personalmente no me gusta la textura de la piel de los tomates en mis platos.

Así que puse agua a hervir en una olla grande, y cuando comenzó a hervir, eché cuidadosamente los tomates frescos y bien lavados en el agua. Los dejé escaldar durante aproximadamente un minuto, lo que hace que pierdan rápidamente la piel, facilitando así el pelado. Después de que se sumergieron en el agua hirviendo, los saqué con una espátula y los coloqué en un plato para que se enfriaran un poco. Con un movimiento rápido, quité las pieles de los tomates y los corté por la mitad, colocándolos en una bandeja, esperando para ocuparme de los otros ingredientes.

A continuación, comencé a lavar, pelar y cortar el pepino, el pimiento, la cebolla y el ajo. Estas verduras añadirán un sabor fresco y delicioso a nuestra mezcla. Después de terminar de preparar todos los ingredientes, los añadí al vaso de la licuadora, donde los mezclé bien hasta obtener una pasta suave. La consistencia es esencial en esta receta, así que tuve cuidado de no dejar trozos grandes.

Una vez obtenida la pasta, añadí un poco de sal y aproximadamente 3 cucharadas de aceite de oliva, que aportará un sabor rico al plato. También rompí una rebanada de pan en trozos pequeños, añadiéndola a la licuadora, y si el pan estaba demasiado duro, lo dejé remojar durante unos minutos en agua, vinagre y aceite. Después de añadir todos los ingredientes, volví a mezclar, asegurándome de probar la mezcla. Ajustar la sal y el vinagre es crucial, así que me aseguré de lograr un sabor equilibrado, pero, por supuesto, puedes adaptar los ingredientes a tus preferencias.

Finalmente, añadí 100 ml de agua para obtener una consistencia más fluida y mezclé de nuevo. La preparación se transfirió a un recipiente y la dejé en el frigorífico, donde los sabores se intensificaron. Se sirve fría, ¡y te deseo buen provecho! Esta receta es perfecta para un refrigerio saludable o como aperitivo en una comida.

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