Pollo con Salsa de Tomate
Ingredientes: 4 muslos de pollo, 2 cucharadas de aceite de oliva, 1 cebolla, 4 dientes de ajo, 400 g de tomates en jugo, 1 hoja de laurel, sal, pimienta, 1 litro de caldo de pollo
Para preparar una deliciosa receta de muslos de pollo con salsa de tomate y ajo, comenzamos lavando bien los muslos de pollo. Luego, los cortamos por la mitad para hacer porciones más fáciles de servir. Después de terminar de cortar, los colocamos en un recipiente con agua tibia, añadiendo una hoja de laurel para infusionar la carne con sabores agradables. Dejamos los muslos en el agua con laurel durante unos 20 minutos para que se ablanden y absorban los sabores.
En una sartén profunda, calentamos dos cucharadas de aceite, preferiblemente de oliva, para darle un sabor más rico a nuestro plato. Cuando el aceite esté caliente, añadimos cebolla finamente picada y la dejamos sofreír hasta que se vuelva translúcida y suelte su aroma. Es importante no dejarla dorar demasiado, sino lograr una textura suave y ligeramente dorada.
Después de que la cebolla se haya ablandado, añadimos los muslos de pollo, teniendo cuidado de dorarlos uniformemente por todos lados. Este paso es esencial para lograr una costra deliciosa que realzará el sabor del plato. Una vez que el pollo ha tomado un color dorado, vertemos el caldo de pollo, que aportará un sabor rico y ayudará a formar una salsa sabrosa. Cubrimos la sartén con una tapa y dejamos que hierva a fuego lento hasta que el líquido se reduzca a una cuarta parte de la cantidad original.
Una vez que el pollo ha cocido, introducimos otro ingrediente clave: el ajo. Lo machacamos bien y lo añadimos sobre la carne, removiendo para distribuir el sabor de manera uniforme. Continuamos con los tomates enlatados, que enriquecerán la salsa y le darán un color vibrante. Salpimentamos al gusto, teniendo cuidado de no exagerar con las especias, para dejar que el sabor natural de la carne brille. Dejamos que todo hierva durante unos 10 minutos más, hasta que la salsa se espese y sea tentadora.
Para servir este plato, tenemos varias opciones de guarnición disponibles. La polenta humeante combina perfectamente, pero las patatas, el arroz o la pasta también son excelentes opciones. Cada guarnición complementará maravillosamente los intensos sabores de la salsa y del pollo. Así que prepárate para deleitar tus papilas gustativas con este plato simple pero lleno de sabor. ¡Buen provecho!
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